Actualizaciones recientes: La equidad en el bienestar es más importante que FFI

La posición del FFI sobre una economía del bienestar

¿Qué está en juego?

No es ninguna revelación que personas y comunidades de todo el país se hayan visto arrasadas por desigualdades económicas sistémicas. Pero, si volvemos la lente hacia la comprensión de la verdadera causa, nos damos cuenta de que lo que se ha despojado no es sólo riqueza –es bienestar– y el dinero no puede ser un sustituto de ello.

¿Estamos respondiendo las preguntas correctas?

La forma en que nuestro país valora a las personas y los lugares se basa únicamente en el capital financiero como instrumento de medida y reparación.

  • ¿Qué pasa si esa no es la imagen completa?
  • ¿Qué pasaría si construyéramos una economía basada en el bienestar?
  • ¿Qué pasaría si las oportunidades equitativas significaran oportunidades de bienestar, no sólo de riqueza?

Estas son las preguntas que nos alejarán del acceso desigual al bienestar y nos conducirán hacia cambios en el sistema que brinden oportunidades y recursos para que todos prosperen.

Un nuevo marco económico, que realmente se manifieste en la vida de las personas, debe comenzar con lo que tienen las familias y las comunidades, no sólo con lo que necesitan. Este nuevo marco debe ser un sistema compartido que abarque las innumerables formas en que creamos, nos cuidamos unos a otros y aplicamos la riqueza para ser integrales individual y colectivamente.

Los dólares son CÓMO valoramos, pero el bienestar es LO QUE valoramos

La riqueza financiera importa, pero no equivale a la riqueza para el bienestar y no podemos abordarlas por separado. La riqueza implica muchas formas de capital, incluido el social, el conocimiento, el entorno construido y el cultural, además del capital financiero. Todas ellas son características de una economía del bienestar; uno que centre lo que importa a las personas y las comunidades, y cree valor para el bien común.

Un camino hacia el cambio

Una política que fije ese índice únicamente en dólares nunca será verdaderamente reparadora o curativa. Podemos transformar nuestras políticas y prácticas para construir una economía del bienestar:

  • Desafiando la mentalidad dañina de que el dinero es la única medida del valor y el éxito en nuestra sociedad.
  • Reconocer y celebrar las diversas formas de bienes comunitarios que existen.
  • Exigir y diseñar un acceso al bienestar más equitativo para todos.

Llegar allí, juntos

Una economía del bienestar no es un lujo. Es una necesidad. No es algo que logramos de una vez por todas, sino algo que cultivamos todos los días a través de nuestras elecciones, hábitos y acciones. No es algo que podamos hacer solos, sino algo que cocreamos con otros a través de nuestras relaciones, comunidades y la sociedad en su conjunto.

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