En 2021, 19 estados aprobó más de 34 leyes que limitan el derecho al voto. Estas leyes afectan de manera desproporcionada a los votantes negros y morenos, así como a los estudiantes, los votantes con discapacidades y las personas que han estado encarceladas. Estas leyes también amenazan con exacerbar las disparidades existentes en el acceso a las urnas y al bienestar.
Recomendación 1.3.1 del Wellbeing Blueprint Insta a las personas, organizaciones y comunidades a reconocer y apoyar el derecho y la capacidad de las personas para votar. La capacidad de ejercer influencia sobre el entorno propio es un aspecto central del bienestar, y votar es un camino crucial para lograrlo. La privación sistémica de los votantes es una amenaza a los esfuerzos antirracistas y contra la pobreza que aumentan el acceso al bienestar para todos.
Cuando votar no es un derecho protegido, los votantes que viven al límite a menudo se ven obligados a elegir entre un día de salario y emitir un voto. En Georgia, muchos votantes esperaron hasta 10 horas para votar en 2020 debido a la escasez de lugares de votación en vecindarios predominantemente negros y morenos. Al obligar a los votantes de color a elegir entre un día de salario y la posibilidad de votar, los esfuerzos de supresión de votantes amenazan el bienestar individual de millones de estadounidenses.
A nivel comunitario, las restricciones a la capacidad de votar envían poderosas señales sobre quién pertenece a nuestras comunidades y qué voz realmente importa. Todos deberían tener voz y voto en la configuración de su entorno –una parte fundamental del bienestar–, pero las restricciones al voto excluyen a muchas comunidades marginadas.
Nueva York aprobó una legislación en 2021 que otorga a los residentes legales que aún no son ciudadanos la posibilidad de votar en las elecciones locales. Esta política entrará en vigor en 2023 y dará voz a más de 800.000 residentes de la ciudad de Nueva York para decidir las políticas y a los tomadores de decisiones que impactan sus vidas y su futuro. Para obtener más ejemplos de cómo se ven las recomendaciones de Blueprint en la práctica, explore nuestra Mapa geográfico Wellbeing in Action.
Con muchas elecciones importantes en el horizonte, es importante que defendamos el derecho al voto. Así es como puedes ayudar:
A principios de 2024, Henry AJ Ramos y Gladys Carrión se unieron a Phyllis Becker, investigadora principal de FFI, dos líderes que están transformando tanto las narrativas que dan forma a las percepciones del crimen como las respuestas sistémicas. Sintonice su conversación mientras cambian la narrativa sobre la justicia juvenil para resaltar soluciones que centran el bienestar.
Phyllis Becker, investigadora principal de FFI, contribuye como coautora en un documento de posición reciente del Consejo de Administradores de Justicia Juvenil sobre cómo aplicar un marco de bienestar a la justicia juvenil.
Phyllis Becker, investigadora principal de FFI, y Henry AJ Ramos del New School Institute on Race, Power and Political Economy exploran cómo centrar a los jóvenes, las familias y las comunidades crea respuestas más sostenibles al crimen.